Para Santi con todo mi
amor, nuestra historia:
Embarazo
Debe haber sido
un hermoso día de primavera, con el cielo despejado y azul,
prácticamente sin nubes, una leve brisa soplando mi rostro. Un colibrí se
acercaba a mí y volaba sobre mi cabeza de forma recurrente. Era
un colibrí hermoso, casi mitológico, blanco; blanco brillante e intenso,
sedoso y brillante como satín. Tenía el pecho plateado,
fuerte y firme como si fuera de plata repujada, era una hermosa mezcla de
ternura y delicadeza con fuerza y poder. El colibrí volaba
alrededor mío y recuerdo haberle preguntando luego de un tiempo:
“Eres tú?”, preguntándole si era mi fallecido padre, Carlos. Extendía mi
mano cerca de mi cara y el colibrí se posaba sobre ella, en respuesta a mi
pregunta. Entendí de inmediato su respuesta, “Sí”, era él!
Supe
que el colibrí era tu abuelito Carlos y que éste sueño, la noche del 07 de
septiembre, traía con sí buenas noticias para el futuro. Desperté del
sueño con una linda sensación, feliz y agradecida por recibir este mensaje, no
tenía dudas que algo lindo llegaría a nuestras vidas próximamente.
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| Santi 13 semanas |
De alguna
forma, mi embarazo, parto y posparto estuvo marcado por sueños, algunos
despierta, otros dormida, todos ellos igual de claros, intensos y mágicos.
El 25 de
noviembre de 2012, un nuevo sueño, una prueba de embarazo marcada como
positiva! Mi reacción al día siguiente? Lógicamente, correr a la
farmacia por una prueba de embarazo, para confirmar algunas sospechas,
derivadas de observarme más cansada los últimos días, con acidez
aparentemente sin explicación y principalmente por “haber sentido algo
diferente” el día que papá y yo estuvimos juntos y fuiste concebido.
22 días habían pasado desde tu concepción, y allí
estaba yo, frente a la prueba de embarazo, muerta de risas nerviosas,
alegría, lágrimas y miedos al confirmar que te esperaba!! Luego
de algunos mini segundos de risas y lágrimas te imaginé un niño y toqué mi
vientre, sabía que estabas allí creciendo cada segundo y no tenía dudas que
serías un hombrecito.
Guardamos por
algunas semanas la noticia para nosotros, pues en pocos días estaríamos en
Guatemala con nuestras familias y podríamos compartir con ellos frente a frente
la buena nueva.
Entre viajes, trabajo,
amigos y relatos a distancia con nuestras familias te sentí crecer cada semana.
Escuchar tu corazón firme y fuerte con 7 semanas, sentir tus movimientos con 19
semanas y los últimos meses antes de tu nacimiento sentir cada vez que tenías
hipo, despertabas o dormías, era simplemente mágico.
Nunca lo pude
comprobar pero en mi vientre yo sentía una pulsación y me gusta siempre pensar
que podía sentir tu corazón palpitar. Papá estuvo siempre con
nosotros, amoroso y amable como suele ser, solía acompañarme a cada
consulta médica, a cada ultrasonido y cada curso que decidíamos hacer para
prepararnos para tu llegada, pues no quería perderse ningún detalle!!
Preparación
para el parto:
A medida que
nos preparábamos para tu llegada, iba imaginando el día de nuestro
encuentro y algunas reflexiones comenzaron a surgir en relación a la forma
en que queríamos traerte al mundo; para mí era importante que tú decidieras
cómo, cuándo y dónde nacer, al final, este sería el día más importante de
tú vida, el día que llegarías al mundo, el inicio de tu vida, de tu
propio camino y dentro de mi corazón yo creía, y lo creo que más fuerza
ahora, que tu forma de nacer marcaría quien podrías ser y lo que
podrías hacer en este mundo. Por esto, me hacía todo sentido que tú
escogieras el día, cuando tú estuvieras listo y cuando tú quisieras
conocer este mundo. De ser posible, yo quería escoger la forma,que para mí
tenía un fondo, una razón de ser que quiero explicarte:
Hoy en día los
partos naturales suelen ser más escasos comparados con otros métodos (cesárea o
parto normal con muchas intervenciones), métodos en los cuales un decide
la fecha del parto y las intervenciones que hará, sin muchas veces preguntar o
dar muchos detalles a la madre. Para mí esto era inaceptable,
era como dejar que alguien más bailara el vals el día de mi
boda, y que además escogiera la música que quería tocar!!! De ninguna
manera lo aceptaría!!
Este era mi día
especial, nuestro día especial y sería como tú y yo quisiéramos!! Yo
quería que nadie te despertara, que nadie te incomodara ni te sacara de tu
nidito caliente sin avisar, quería que tú y yo y papá hiciéramos el trabajo
juntos, quería que tú tuvieras oportunidad de hacerte tu propio camino a la
salida, quería que recorrieras con tu pequeño cuerpecito todo el camino dentro
del canal de parto, quería darte la oportunidad de luchar por tú vida para
llegar a este mundo, vencer esta batalla y tener tu primera gran
victoria! Pensaba que aunque tú no pudieras recordarlo en tu consciencia,
de alguna forma en tu inconsciente, esta experiencia quedaría marcada
en tu alma, para que por siempre puedas saber que no hay imposibles para
ti, que tomado de la mano de Dios, dejándote llevar por tu naturaleza, tu
instinto y tu corazón siempre encontrarás la salida a los obstáculos que puedas
tener en la vida y siempre alcanzarás la victoria, como lo harías el día
de tu nacimiento. Quería que supieras que papá y yo siempre estaríamos a tu
lado, sudando y luchando por ti, sintiendo tu dolor y alegrándonos con tus
logros, batallando contigo, junto a ti en cada jornada que tú decidas
enfrentar. Además de este mensaje que quería dejarte, yo quería tener un parto
natural porque quería poder besarte, tocarte, abrazarte, amarte y
amamantarte cuando hubieses salido de mi, quería no tener que separarme de
ti ni un instante, quería sentir y que tu sintieras que seguíamos siendo uno
sólo y asi fue!!
Llegamos a
Casa Moara con 30 semanas de embarazo y conocimos al Dr. Jorge Kuhn,
él y todo su equipo nos permitirían llevar a cabo nuestro deseo, pues la
médica que nos atendía anteriormente nos había confesado que ella nos haría una
cesárea, ya que era su única forma de trabajar! Recuerdo
haber salido de la primera consulta con el doctor llorando, papá me preguntó
por qué lloraba y yo le respondí que lloraba de felicidad, por haber encontrado
lo que buscaba, porque en mi corazón no tenía dudas de estar en el lugar y el
momento adecuado para llevar a cabo nuestro sueño. Ocho semanas de consultas,
acompañamiento y apoyo con nutricionista, endocrinóloga y
fisioterapeuta para entrenar el cuerpo para el momento, encuentros de
padres, encuentros de gestantes, búsqueda de nuestra Doula y lectura,
mucha lectura para informarnos e inspirarnos para el gran día!!
Conocimos
muchas personas increíbles, mujeres fuertes y poderosas, activistas del parto
natural, de lactancia materna, crianza con apego, en fin, tantas fuentes de
inspiración para poder cumplir con la misión más importante que Dios nos
encomendó!!
Cuenta
Regresiva:
La llegada de
la Avi a Brasil marcaba la cuenta regresiva para tu llegada,
estábamos con 36 semanas y partir de la semana 37, todo podía
pasar! Últimos días para escribir mi plano de
parto, últimos detalles con la Doula, compartir con mi mamá los
deseos y planes para el gran día y esperar… simplemente esperar. Decidí, un
poco motivada por papá y el Dr. Jorge retirarme del trabajo con antecedencia,
comenzar a desconectarme…para conectarme.. Desconectarme del día a día,
del estrés y presiones del trabajo, del mundo humano, para conectar con el
mundo animal, el mundo primitivo, con mis instintos y mi amor para tu llegada!!
Te movías mucho
dentro de mi barriga, prácticamente podía sentirte todo el día, ahora ya no
sólo te sentía, pero podía verte también, con cada movimiento mi barriga
danzaba de un lado para el otro, mi piel se estiraba y prácticamente
podíamos ver tus manitas y tus pies. Un día soñé que te movías y estirabas
tanto tanto que tus manitas empujaban mi panza de tal forma que
mi piel se hacía transparente y yo podía ver tus manos y luego tu
carita. Tenias bastante cabello, algunos mechones dorados cubrían tu
frente, pero aún así podía ver tu carita, te parecías tanto
a mi, ojos grandes y avellana, de hecho, era mi propio rostro, más o menos
de cuando yo tenía un año. Estirabas tus manitas y yo podía verte
a traves de mi piel, entonces tomaba tus manos y con mis propias
manos te jalaba para sacarte sobre el lado derecho de mi barriga con mucha
facilidad. Te abrazaba con todas mis fuerzas y así nos quedábamos hasta que
desperté algunos minutos después. Sin duda, este sueño me avisaba que el día
del parto se acercaba y con ello mi emoción crecía. Recuerdo haber
entrado a la ducha luego de ese sueño y haber conversado contigo. Te
pedía que por favor me dieras una señal cuando estuvieras listo para salir,
para prepararme con tiempo, pues me daba miedo enfrentarme al dolor de un
momento a otro, tener que salir corriendo y que todo pasara muy rápido. No
tengo duda cariño mio de que me escuchaste, no tengo duda, siempre me
escuchaste cada vez que te hablé.
Relato de
Parto, el gran día!
El 17 de julio,
con 38 semanas y 5 días, rompimos bolsa. Era de madrugada, me levanté al baño,
algo que ya era normal en esos días, levantarme uno a dos veces durante la
noche se había vuelto ya una costumbre en las últimas semanas, incluso así,
había podido dormir perfecto, sin molestias hasta el último día de embarazo y
esa noche no había sido diferente. Quizá eran las 3am cuando regresé a la cama
para volverme a dormir, luego de un rato y ya casi dormida nuevamente, sentí
que había mojado mi ropa, pensé que talvez tenía algún problema de
incontinencia, algo que me solía pasar en los últimos días al estornudar
o reirme, me levanté nuevamente al baño, eran las 3.40am. Me di cuenta que
el líquido estaba rosado, no era pipi, era agua teñida de una sangre,
no me afligí, de hecho dudé un poco sobre lo que podría ser, pues no
sentía ningún dolor y me parecía que aún era temprano para iniciar trabajo de
parto si aún no llegábamos a la semana 39, así que decidí volver a la cama para
ver qué pasaba más tarde.
Habían pasado
tan solo unos segundos cuando me mojé de nuevo, de vuelta al baño a secarme y
de nuevo a la cama para dormir. Un par de segundos más y la historia se
repitió.“ De esta forma está difícil dormir”, pensé. Regresé el baño
aceptando que seguramente había roto bolsa, de nuevo más líquido teñido de rojo
y nuevamente tuve la sensación que sentí aquel 25 de noviembre cuando supe que
estaba embarazada, una risa nerviosa, frío en la barriga, emoción y miedo a la
vez. Sabía que algo grande sucedería ese día, no sabía en qué momento, ni como,
pero estaba muy cerca de conocerte, de encontrarte frente a frente!
Regresé a la
cama, ya eran más de las 4am, así que decidí despertar a papá para darle la
noticia, en realidad no teníamos nada que hacer en ese momento, pero no podía
guardar ese momento sólo para mí! Papá quería llamar al doctor y
a Adri Natrelli, nuestra doula, y yo prefería esperar pues era
temprano y no quería despertarlos, le dije que en algún momento debían comenzar
las contracciones y que cuándo empezaran podríamos llamar.
Colocamos varias toallas y protectores en la cama para intentar retomar el
sueño. Intentamos quedarnos un tiempo más en la cama, pero a las 5am papá
decidió meterse a bañar, fuera lo que fuera, él quería estar listo para el
momento! A las 6am llamamos a Adri y le avisamos a mi mamá que
aún dormía en el cuarto del lado, sin saber la aventura que nos esperaba ese
día. Adri nos recomendó descansar, pues las contracciones podrían
tardar entre 6 a 8 horas en llegar todavía, y lo mejor era estar descansados
para ese momento, así que siguiendo su consejo, desayuné y me dormí
de nuevo. (obviamente papá y la Avi no pudieron volver a
dormirse!!)
Dormí un par de
horas y al despertar todavía no sentía que las contracciones fueran regulares,
habían pasado ya 6 horas y aún no pasaba “nada”. En realidad debía estar
pasando de todo dentro de mi, pero yo no era completamente consciente de
ello!
Decidí bañarme,
me di un baño largo y caliente para relajarme y parar para sentir y pensar
sobre lo que estaba pasando. Estabas llegando Santi!! Faltaban unas pocas
horas para conocerte!! No sabía cuánto tiempo más pasaría
ni cómo serían las próximas horas, pero sabía que pronto te
conocería!!
El agua
hirviendo caía sobre mi cabeza y calentaba todo mi cuerpo, era una sensación
maravillosa, era el último baño de mi vida antigua, de mi vida como la conocía
hasta ahora. Recordé que hacía algunos días te había hecho un pedido, y te
agradecía por haberme escuchado, te había pedido una señal para saber cuándo
llegarías y tú me la estabas dando! Estaba completando ocho horas de haber
roto bolsa, tiempo suficiente para prepararme y saber que había llegado el gran
día!!
Almorzamos en
casa y luego llamé a Adri y ella me recomendó llamar al doctor. El
doctor nos pidió esperar hasta cumplir las 12 horas y luego ir al hospital para
hacer una cardiotoco. Llegamos al hospital a las 15hrs en punto, tardamos
un tiempo en la burocracia y entrega de toda la papelería y a las
16 hrs me hicieron la primera revisión. Tu corazón estaba perfecto,
pero no había ni rastro de mis contracciones y apenas estaba con 1cm de
dilatación, hacía12 horas que habíamos roto bolsa y el trabajo activo aún
no empezaba. Quería regresar a casa y empezar a dilatar en nuestro nidito, pero
el dr. Jorge junto con el equipo del hospital definió que lo mejor
era ya internarnos para mantenernos controlados durante las próximas horas.
Las
siguientes dos horas en la sala de espera fueron una mezcla de miedo
con emoción e ilusión, imaginando cómo serías, fantasiando con el
parto, viendo pasar embarazadas felices y otras sufriendo, algunas
llegando igual de asustadas que yo y otras saliendo cansadas, pero con sus
tesoros en brazos.
Cuando avisaron
que era el momento de ir para la sala de preparto sentí un golpe en el
estómago, el temor a lo desconocido se apoderó de mí, tenía que despedirme de
tu Avi que estaba con nosotros en el hospital y sólo la volvería a
ver cuando tú ya hubieses nacido, la próxima vez que nos encontraríamos yo
habría dejado de ser solamente hija y me habría convertido también
en madre. Nos abrazamos fuerte y lloramos; era una adiós de “buena
suerte”, una adiós de “ten cuidado”, un abrazo de “te amo” y una mirada de “tu
vida cambiará”… Un abrazo feliz y triste, preocupado e ilusionado, nervioso y
amoroso; un abrazo que significaba un volcán de emociones que pasaban por
nosotros en aquellos momentos.
Papá se había
quedando terminado algunos trámites, llevando nuestro equipaje a la habitación
y acomodando a la Avi. Recuerdo que al estar sola en la pequeña habitación
del preparto sentí miedo; la misma extraña sensación de cuando llegué sola a
Brasil hacía cuatro años. Exploraba esas emociones cuando la llegada de papá me
interrumpió del sueño despierta por el que estaba. Vestido de naranja, su
presencia me dio seguridad, tranquilidad y compañía.
Pasamos horas
conversando, tomándonos fotos y jugando. A las 19hrs llegó una enfermera para
hacer un toque y aplicar las instrucciones del Dr. Jorge. Comprimidos de
prostaglandina cada 4 horas para madurar el cuello del
útero y cardiotoco dos horas después de cada comprimido. A
la 1am, una cardiotoco más, tus movimientos eran estables y ya podía
sentir las contracciones, aunque aún espaciadas e irregulares, ya empezaban a
incomodar y no me dejaban dormir , que era lo que yo más quería. Papá
había salido para cenar y descansar un poco, hacerle compañía a
la Avi y entrar clandestinamente algunas golosinas y comida para mí,
pues moría de hambre y la cena del hospital había sido escasa, principalmente
para quien llevaba tantas horas sin dormir y comer. A las 4am llegó
finalmente Adri, nuestra doula y con ella, me hicieron un nuevo
toque. Dilatación entre 2.5 y 3cm. Qué, qué??!! Había dilatado 1.5cm en 12
horas!!! Me quería morir, 12 horas… y necesitábamos llegar a
10cm!!! Pensé que pasaríamos la vida entera para llegar a nuestra meta y
luego recordé las palabras del Dr. Jorge, “ No hay trabajo de parto
que dure dos soles”…
Con la segunda
dosis de Prostokos las contracciones se habían hecho más intensas y
las siguientes 4 horas se habían vuelto más fuertes cada vez. Pasamos las
siguientes horas entre masajes en la espalda, aceites y compresas caliente
para aliviar el dolor; eran unos espasmos muy intensos en la espalda,
empezaba a la mitad de la espalda y se extendían hacia arriba y hacia abajo,
abarcando desde el omóplato hasta la cintura y luego llegaban hasta mi vientre.
Para las 5 o
6am estaba simplemente muerta, exhausta! Quería dormir, tenía sueño,
quería acostarme pero las contracciones se hacían más intensas acostada y
parada era imposible dormir! Quería terminar luego, quería descansar,
abrazarte, llorar, tenerte en mis brazos, quería dormir en nuestra cama, pero
aún no era momento!
Necesitaba
mantenerme concentrada, poner foco en el momento y sacar fuerzas!
Pedí
hablar con el querido Dr. Jorge, le pedí ayuda, le dije que no podía más, que
me daba por vencida, que necesitaba terminar, estaba pidiendo una
cesárea!! Estaba perdiendo foco, no me estaba concentrado en mi deseo
real. Asustado, papá me consoló, me ayudó a calmarme y habló con el doctor. Le
pidió que nos siguiera acompañando, pero que yo necesitaba descansar. Adri me
sugirió entrar al agua, darme una ducha hirviendo y seguir usando la bola de
yoga. De hecho, Adri ya lo había sugerido antes y yo no había querido
hacer caso. Entré al agua pensando que era mi última opción, el último esfuerzo
que estaba dispuesta a hacer luego de 24 horas de trabajo y aregañadientes
entré a la regadera. Bastaron unos segundos para que el agua hirviendo hiciera
contacto con mi piel, papá rociaba mi columna y mis caderas con la regadera y
por arte de magia mi dolor desapareció, fue maravilloso sentir alivio, quería
quedarme allí para siempre! Mientras papá seguía regándome la espalda con
la ducha caliente, Adri negociaba con las enfermeras para poder
preparar el delivery room. No sé cuanto tiempo pasó, pero
claramente podría mantenerme allí toda la vida, esa dulce sensación
de alivio me hacía feliz y realmente estaba empezado a disfrutar el momento,
disfrutaba de las contracciones y recordé palabras de una querida amiga
y Doula “ Cada contracción te acerca más a tu bebé”.
Deja-Vu
Pocas personas
lo saben y quizá nadie lo recuerde, pero cuando yo tenía unos 12 o 14 años una
vez le dije a mis amigos del colegio que yo había nacido en un cuarto lleno de
estrellas en el cielo, un cuarto cubierto de agua como una gran pecera, una
espacio tranquilo, donde todos flotaban mientras yo nacía. Está claro
que nada podría ser más alejado de la verdad, pues nací en una sala
quirúrgica de hospital gracias a una cesárea, por estar en posición pélvica. No
sé cómo ni donde surgió esa idea, pero sé que en algún lado de mi ser, hace
mucho yo ya imaginaba la forma y el lugar perfectos para nacer!
Y allí estaba
el famoso Delivery Room, un cuarto grande, con una gran tina que ya
tenía agua calientita esperándome, el techo tenía lucecitas de colores que
simulaban estrellas, tenía espacio para caminar y unos sofás para que mis
acompañantes y apoyo pudieran descansar. Justo cuándo nos mudábamos para el DR,
apareció el querido Dr. Jorge junto con el anestesista. Al verme sonriendo
y caminando tranquila bromearon que se irían de nuevo, pues no entendían para
qué los necesitaba, si yo estaba muy bien!
Un nuevo toque,
6cm; una pequeña dosis de analgésicos y a descansar! Todos a dormir y
descansar, papá aprovechó para desayunar, tomar baño y acompañar a
la Avi por un tiempo, yo dormí por dos horas y luego por otro rato,
al despertar, 8cm!
Bien, muy
bien!! Estábamos avanzando muy bien ahora!!
Al despertar me
recomendaron caminar, así que caminé por el área, por el cuarto y el baño y de
repente puffff, un golpe de nausea y a vomitar!! Pobre papito
sosteniéndome la toalla para que yo pudiera vomitar; nada que una dosis de
medicina para la nausea y un helado de uva no pudieran
curar!! Debe haber sido el helado de uva más rico de mi vida, tan fresco y
dulce!!
A las
14 hrs el Dr. Jorge hizo un nuevo toque y nos dio la gran
noticia..10cm!!!! ya habías coronado! Ahora las puertas estaban abiertas
para cuando tú quisieras pasar!! Wow!! Qué momento!!! Ahora era
nuestra momento hijo, ahora el camino estaba libre para ti, era el camino de
Santiago! Era tú momento de luchar, de moverte con cuidado y al mismo
tiempo con fuerza y energía, ahora era el momento de atravesar el canal, el
umbral que conectaba los dos mundos, era el momento de salir al mundo, con toda
tu luz, con toda tu perfección y tu grandeza, en un cuerpo tan pequeño. Era el
momento en que me encontraría cara a cara con el amor de Dios en tus ojos.
Durante las
siguientes dos horas que duró el expulsivo probé distintas
posiciones, Adri y papá me ayudaron mucho, me sostenían las piernas y
las manos y me ayudaban a hacer fuerza, el Dr. Jorge me dio las instrucciones
de cómo respirar y en qué momentos hacer fuerza, las contracciones eran
inmediatas, una tras la otra, estábamos muy cerca!! Era muy emocionante,
el Dr. veía y podía tocar tu cabecita, tu pelo abundante, como en mi
sueño! Adri llevó un gran espejo y lo puso en medio de mis piernas,
ahora yo podía verte, podía ver tu pelito, tu cabecita, eso me dio tanta
fuerza, ahora todo hacía sentido, todos mis deseos y la espera de 9 meses hacía
sentido, allí estabas tú y nosotros juntos, en nuestro momento,
nuestro gran día! Una contracción, mucha fuerza y salió tu
cabeza!! Es la imagen y el recuerdo más hermoso que tengo en la vida, el
momento más impactante, vi la cara de Dios en ti! La bendición más grande,
todo el mundo se paró a mi alrededor, no existía nada, no recuerdo
nada más, solo la imagen a través del espejo. Una contracción más y
salieron tus hombros , luego los brazos y el resto del cuerpo!!!
Toda la sala
quedó en silencio, luz tenue y silencio total para recibirte con paz y
espiritualidad, aún con el cordón latiendo fuiste a mi pecho, te
abracé con todo el amor y fuerza que podía sentir y a la vez con el mayor
cuidado y ternura. Papi nos abrazó a los dos y así nos quedamos por un bueno
tiempo. Todos respetando nuestro momento, hablando sólo lo necesario y en
voz baja, ésta era tu batalla, tu victoria querido Santi, nuestra
victoria!!!!!! Era Jueves 18 de julio a las 15.48hrs.
