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jueves, 7 de julio de 2016

Decálogo de la madre

"Decálogo de la Madre"

por Alejandro Jodorowsky

1.-He parido un hijo que no es mío. Lo entrego al mundo.
2.-Este hijo no ha venido a cumplir mi proyecto, ni los proyectos de mi árbol genealógico, sino el suyo propio.
3.-No lo bautizo con ningún nombre ya presente en el árbol, ni con nombres que le impriman un destino.
4.-Se lo doy todo, lo crío con afecto, sin dejar de ser yo misma, sin adicción al sacrificio, sino con responsabilidad y desde la libertad.
5.-Le ofrezco herramientas que ayuden a construir el edificio de su propia vida, pero acepto que tome libremente las que él juzgue adecuadas y rechace las inadecuadas para él. Me doy cuenta de que la mejor manera de enseñar a un hijo no es con mítines, ni con límites, sino con el ejemplo.
6.-Acepto que deje de llamarme “mamá” cuando él lo decida, para pasar a llamarme por mi propio nombre, porque así rompe lazos de dependencia y la relación entre ambos se equilibra.
7.-Le permito y facilito que tenga un espacio privado e íntimo en la casa que sienta como su propio territorio.
8.- En cuanto a la elección de sus amistades, de su carrera, de sus actividades de ocio, etc., le escucho, le doy mi parecer, pero no selecciono nada por él, ni le prohíbo ni lo obligo.
9.- Dejo que mi hijo cometa errores, que se caiga, que no sea perfecto. Comprendo que cada fracaso es un cambio de camino y con ellos se crece cada día; si lo protejo demasiado lo bonsaitizo, nunca será adulto.
10.-Jamás definiré a mi hijo (“es tranquilo”, “eres nervioso”, “es tímido”…), porque entiendo que los niños se forman su autoconcepto a partir de lo que sus padres dicen de él. Le transmito que dentro de él están todas las posibilidades del ser, lo es todo en potencia.

martes, 31 de mayo de 2016

Celebra la vida

No se si soñaba, 
No se si dormía, 
y la voz de un ángel dijo que te diga, 
Celebra la Vida. 

Piensa libremente 
ayuda a la gente 
y por lo que quieras 
lucha y sé paciente 
lleva poca carga, 
a nada te aferres, 
porque en este mundo, 
nada es para siempre. 

Buscate una estrella, 
que sea tu guía, 
no hieras a nadie, 
repate alegría. 

Celebra la vida, 
celebra la vida, 
que nada se guarda 
que todo te brinda. 
Celebra la vida, 
celebra la vida, 
segundo a segundo, 
y todos los dias. 

Y si alguien te engaña, 
al decir te quiero, 
pon mas leña al fuego 
y empieza de nuevo. 

No dejes que caigan 
tus sueños al suelo 
que mientras mas amas 
mas cerca esta el cielo. 

Grita contra el odio, 
contra la mentira, 
que la guerra es muerte 
y la paz es vida. 

Celebra la vida, 
celebra la vida, 
que nada se guarda 
que todo te brinda. 
Celebra la vida, 
celebra la vida, 
segundo a segundo. 

No se si soñaba, 
No se si dormia, 
y la voz de un angel dijo que te diga.. 

Celebra la vida, 
celebra la vida, 
y deja en la tierra tu mejor semilla. 
Celebra la vida, 
celebra la vida, 
te escucho mas bella 
cuando tu me miras. 

Celebra la vida, 
celebra la vida..

Fuente: musica.com
Letra añadida por Topii

Axel Fernando


miércoles, 8 de octubre de 2014

21 lecciones para que Santiago y yo aprendamos juntos

1.-Eres un ser deseado. Estás aquí porque el Universo lo quiso. 2.-Siente que eres libre de ser lo que eres, no permitas que nada ni nadie te etiquete, ni te imponga guiones que no se corresponden con tu autenticidad.
3.-Cada ancestro de tu árbol es un don que hay dentro de ti para ser usado a tu favor y al de todo el Universo.
4.-Aprende a no pedir amor, simplemente ama.
5.-Cree en los pequeños milagros de cada día y atiende a las coincidencias, en ellas hay mensajes ocultos que te guían en el correcto camino.
6.-Cada día, haz un acto generoso con alguien cercano.
7.-Si en tu árbol genealógico hubo traumas, sánalos actuando.
8.-Déjate guiar por tu cuerpo, es sabio. Él te alertará de las situaciones de las que debas alejarte, sintiendo tensión y malestar. También te dirá cuando estás alineado con lo que eres, sintiendo relajación y bienestar.
9.-No contamines tu cuerpo con tóxicos o una mala alimentación.
10.-En cuanto puedas, sé independiente. Trabaja utilizando tu creatividad y hazte adulto.
11.-Escribe un poema cada día.
12.-Busca y provoca situaciones que te hagan reír.
13.-Tiende a compartir, a colaborar a ser solidario.
14.-Cuando tengas problemas, puedes analizarlos, puedes hablarlos, pero ten por seguro que hasta que no actúes no se producirá la transformación.
15.- Siente GRATITUD por todo lo que te regala el Universo.
16.- Recuerda que nada en este plano de existencia perece, sino que se transforma.
17.-Lee, estudia, conoce… experimenta por ti mismo.
18.-No te apegues a nada material. No consumas lo que no necesitas.
19.-Tampoco te apegues a ninguna creencia. Lo mismo que tu cuerpo se renueva constantemente, también lo deben hacer las ideas.
20.-Siembra cada día las semillas que te lleguen de dentro o de fuera. La semillas pueden ser palabras, caricias, belleza, acciones. Ellas son los gérmenes de más sabiduría, amor, arte y salud.
21.-Cuida con mimo el territorio que está más allá de tu cuerpo, tu casa, tu barrio, tu ciudad… el planeta y el Universo

sábado, 19 de abril de 2014

Del amor y el miedo

Hace unas semanas vi una película que me inspira este post; me hizo recordar un momento crucial de mi embarazo; el momento en donde hubo un click, algo pasó en mi interior, todo se movió, cayeron las fichas y pude ver con el corazón el momento de vida que estaba empezando, a partir de ese momento di vuelta a mi juego y aposté todas mis fichas al amor. 

La película trata de una niña que está enferma y va a morir y la relación que tiene con su padre. No quiero revelar el nombre y otros detalles de la película para no matarte la sorpresa si llegas a verla algún día. El punto es que la película me ha impactado mucho, porque nuevamente me ha puesto frente a frente con mi mayor miedo y por un momento recordé un capítulo trascendental de mi embarazo.

Ya en otros post he contado que mi embarazo fue completamente normal, tan normal que en realidad no me generaba mucha emoción; me preocupaba más cómo me vería y cuantos kg engordaría. No quería verme gorda; como cualquier mujer, quería verme como las embarazadas de la tele; piel y cabello brillante, radiante e iluminada...No quería sentirme vulnerable, ni necesitar ayuda para cargar las bolsas del supermercado o amarrarme los zapatos, quería seguir siendo fuerte y super poderosa. Quería seguir viviendo con mi disfraz de supermujer. 

Estaba tan concentrada en mí, y tan alejada de mi bebé; no es que no lo quisiera, lo amaba desde el día cero por supuesto, era mi hijo y le deseaba desde siempre! Me ilusionaba pensar en su cuarto de niño, su ropita con olor a cielo y la emoción del gran día. Tenía listas y archivos organizados sobre todas las cosas que necesitaba comprar y preparar para su llegada, todo tenía que estar listo para cuando él quisiera salir al mundo, y de hecho todo estaba listo meses antes... 

...menos yo.

No sé que tenía en la cabeza, veo que no entendía de qué trata la maternidad, estaba tan metida en mí; pensaba que mi vida cambiaría el día que tuviera ese angelito en mis brazos, pero mientras tanto sólo tenía que cuidarme y seguir mi vida normal. 

No podía verlo, no podía ver el milagro que crecía en mi vientre, simplemente no podía verlo, estaba ciega en ese sentido, la sombra estaba ganándose el partido, el partido de mi vida y yo estaba dejando que los minutos se pasaran. 
Repito, lo amaba, y mi ilusionaba escuchar su corazón e imaginarlo, pero no me había conectado con su alma. 


" TE VEO"
(I SEE YOU)

Significa:
Veo tu alma
tu verdadera esencia
veo quien realmente eres. 

Te respeto, te saludo, te honro, 
te reconozco, te recibo. 
Conecto contigo...  

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La experiencia de mi vida estaba sucediendo y yo estaba preocupada por los kg de más y el cabello grasoso?! Dios me había encomendado el cuidado de uno de sus hijitos, a mí, a nosotros, y yo no podía conectarme, no había visto el amor de Dios crecer en mi barriga. Dentro de mi crecía mi más grande maestro, un ángel puro, lleno de amor y gracia, un presente de Dios, prestado por tiempo indefinido para que mi alma se acercara nuevamente a El, para que mi alma se sintiera niña otra vez, para limpiar y soltar las amarras. 

Un día, quizás por el tercer o cuarto mes de gestación, mis coachs se dieron cuenta de todo esto, me vieron perdida y me atacaron con preguntas para reflexionar, me arrinconaron hasta que la máscara cayó, el disfraz de supermujer se desarmó, la armadura se desplomó en el suelo, la ví deshacerse en pedacitos y me sentí desnuda.

Ni fuerte, ni perfecta, ni superpodersa. 
Sólo miedo. 

Mi miedo y yo... 

Tenía miedo, estaba cagada en las patas; no miedo a no ser una buena madre, o no poder con todo el trabajo, yo tenia miedo a perderlo! 
A morir de dolor si algo llegaba a pasarle a esa criatura diminuta e indefensa que era mi total responsabilidad! Miedo a perderlo durante el temido primer trimestre de embarazo en donde hay tanto riesgo del bebé no implantarse correctamente, miedo a perderlo en el ultimo trimestre por cualquier problema de salud mio y suyo; miedo a perderlo en el parto por una negligencia medica, por una emergencia, por un cordón enrollado, por sufrimiento fetal, por la razón que fuera; miedo de la muerte súbita durante el primer año, miedo de perderlo de niño, de adolescente, de adulto o de anciano, miedo de perderlo, por tener tanto miedo!!!

Ganarme el más grande regalo de la vida, al mismo tiempo me ponía de frente con el pavor de perderlo. La mayor felicidad en la vida, al mismo tiempo me causaba el mayor miedo de mi vida; miedo a sufrir, a no poder con el dolor.

Ese mismo miedo no me dejaba entregarme a la experiencia, no me permitía conectarme con él. Para mi sombra era más fácil no quererlo tanto, al final de  cuentas nadie sufre por algo que no quiere (tanto), cierto? Amar con locura y sin limites, automáticamente me ubicaba en una posición de miedo y vulnerabilidad total; en bolas completamente, disponible para el sufrimiento.  

Cuántas cosas me estaba perdiendo y cuántas cosas en la vida me podía perder, por seguir así?

Y cuántas de nosotros no vivimos la maternidad desde el miedo? Miedo a perderlo, miedo a fallar, miedo a no educarlo bien, miedo a malcriarle, miedo a no criar un adulto responsable..? Y cuántas veces esos miedos nos impiden conectarnos con el alma de ese ser diminuto que nos ve con carita de asustado también. 

Cuántas noches podría dejarle llorar por miedo a maleducarle en lugar de conectarme con su alma? Cuántos regaños y nalgadas podría darle a ese angelito por miedo a estar criando un patán, en lugar de conectarme con sus necesidades, su momento de vida, sus frustraciones y sus propios miedos? 

No sé cuanto tiempo vivirás para mí hijito lindo, no sé cuanto tiempo viviré para ti, pero quiero que sepas, que cada segundo a tu lado, lo hemos vivido intensamente, con entrega total, locura y pasión; no puedo garantizar cuanto tiempo tendremos juntos, pero si puedo asegurarte que el tiempo en que estemos juntos, lo habré dado todo por ti, sin reservas ni condiciones; pues solamente ese será el consuelo en el día que uno le falte al otro. 

En lo que a mi respecta, puedas estar tranquilo, no permitiré que tengas miedo a vivir, y sí cariño.. para vivir, a veces habrá dolor y sufrimiento, y nos podremos caer y golpear... pero sólo cuando nos hemos entregado en cuerpo, mente y alma a la vida, habremos vivido verdaderamente...cualquier otra cosa, es simplemente sobrevivir. 

No importa cuanto dure, el amor que tengo será eterno. Porque el día que uno le falte al otro, el único consuelo será la jornada vivida intensamente, sin dejar nada para otro día. 

Más allá de esto, también quiero que sepas hijito lindo, que está bien tener miedo, pero que nunca puedes perder la perspectiva de quién tiene a quién, puedes tener miedo, pero no puedes permitir que el miedo te tenga a ti y eso te impida volar. 

No se necesita coraje y fuerza para acabar con el miedo, se necesita más amor.
El miedo cierra y calla, el amor abre y habla. Solo el amor puede hacerte superpoderso. 

te quiero
con locura

mamá...

viernes, 14 de marzo de 2014

Siento la llamada

Encontrar este post me ha dado energía y ánimos para seguir escuchando el llamado de mi corazón, digan lo que digan, todas las respuestas están alli, y el corazón no se equivoca.

"La vida tiene muchas opciones, no tienes que escoger siempre la que parezca mejor, sino la que te haga feliz".

Vean aca el post completo:

http://maternidad-consciente.blogspot.com.br/2014/03/ser-mujer-hoy.html?showComment=1394805364017#c969777132681400590

Ser mujer hoy.

Algo importante nos está ocurriendo a las mujeres del siglo XXI. Estamos en un momento crucial de nuestra evolución que puede alterar el curso de la historia. Millones de mujeres alrededor del mundo lo están sintiendo: es lo femenino que está emergiendo y despertando en nosotras, es nuestra sabiduría profunda que quiere desplegarse en el mundo.

Sientes la llamada?

Quizás la sientas como una voz que te susurra un cambio en tu vida, quizás la notes como una sensación de vacío, tal vez tienes un impulso de evolucionar, de profundizar en ti, de ofrecer tus dones al mundo, o algo en ti que te está pidiendo sacar tu creatividad. Puede ser que desees experiencias más profundas de amor, intimidad y conexión, o simplemente lo único que quieres es sentirte más viva...

Oyes la llamada ahora más fuerte? Quieres convertirte en esa voz? 






Sé que tienes que saltar algunas barreras...y no eres la única. La mayoría de las mujeres hoy en día experimentan una profunda brecha entre el gran potencial que quisieran desplegar en su vida y la forma en como su vida se muestra en realidad.
 

Y es que, hoy en día, a pesar del increíble éxito profesional que hemos obtenido en los últimos 50 años, hay estudios que revelan que la sensación de felicidad en las mujeres ha decrecido considerablemente desde los años 70.
Ahora tenemos más dinero, más educación, más libertad y más oportunidades que en ningún otro momento de la historia de las mujeres y aun así nos cuesta crear la vida que realmente queremos, aquella basada en el amor, la conexión profunda con nosotras y nuestro cuerpo, la expresión de nuestra creatividad y el tener un propósito que de significado a nuestra vida y a la vez sea una contribución al mundo.

A veces sentimos esta brecha como un fallo en nuestras vidas, como que no somos capaces de cambiar, pero en realidad es un problema colectivo que tiene que ver con nuestra evolución como mujeres. Esta brecha que sentimos es la llamada, escucharla y atenderla es el primer paso para evolucionar y co-crear la vida que realmente deseamos.

Como dice Chameli Ardagh:

"Podemos restaurar el equilibrio y la plenitud en nuestro mundo. Para que ello suceda, tenemos que romper el trance en el que hemos estado viviendo durante demasiado tiempo y estar dispuestas a escuchar esa voz profunda en nuestro interior.

Esta voz no nos habla en un lenguaje inteligente con conceptos prefijados, nos habla en un lenguaje que quizás hemos olvidado, pero cuando lo oímos, nos resulta tan íntimo como nuestra respiración. Es una profunda sensación de llegar a casa, y en este llegar a casa, podemos convertirnos en el hogar para otros: podemos convertirnos en el hogar para el mundo."

Debido a la sociedad patriarcal en la que vivimos y de la que provenimos, llevamos miles de años cultivando valores como la productividad, la autoridad, la propiedad privada, el poder, la lógica, la razón, la planificación, la acción, los objetivos, la competencia...

Y es hora de empezar a cultivar otros valores que pertenecen más a la esfera de lo femenino: la contemplación, las relaciones igualitarias, la cooperación, la intuición, la creatividad, la vida pausada, las emociones, la receptividad, los vínculos profundos, el cuidado de mí, de mi cuerpo y del mundo, la hermandad entre mujeres, el amor...


gracias Mónica Manso por esta poderosa invitación

Te respondo. 
, claro que siento el llamado! Lo sentí desde el momento que perdí el miedo a entregarme con locura a este ser maravilloso al que llamo hijo; sí, claro que siento los gritos de mi alma, de mi entraña, pidiendome que abandone el sistema a cambio de la selva, que se apodere de mi la hembra que cuida a su cachorro a puro insitinto.

Sí, claro que siento el llamado, el llamado a volver a mi, al origen de todo, el llamado que me acerca a la perfección e inmensidad de Dios, el llamado que se me hace honrar ser como él, a imagen y semejanza, creadora como él. 

Sí, claro que siento también el llamado de mi tribu, que me acompaña y pide compañia, para no ir sola en esta jornada feliz, consciente y maravillosa. 

Sí, claro que quiero mandar al carajo el patriarcado, la productividad y el materialismo, claro que sueño con la vida pausada, las emociones a flor de piel, la intuición, nuestra divinidad y luz, claro que creo que somos muchas vibrando en una nueva energía y que por eso....

 en donde quiera que yo esté... en donde quiera que tu estés... somos una misma y nuestras almas empiezan a encontrarse.     

viernes, 14 de febrero de 2014

Le estás mal acostumbrando, tú

Por semanas y semanas me he encontrado con comentarios en vivo y en las redes sobre los opinólogos que sugieren que criar a un bebé con apego les mal acostumbra. Aquí mi respuesta para ti, opinólog@: 

Le mal acostumbras tú.. 
.. tú que no le cargas en brazos, le mal acostumbras a no conocer y no saber el poder sanador de un abrazo, a no saberse entregar en cuerpo y alma a unos brazos que pueden sostener cuando les necesitas. Le mal acostumbras a la frialdad y falta de cariño. 

No te sorprendas luego cuando tu hijo no quiera saludar, ni besar, ni abrazar, aprendió la lección que tú querias enseñarle. 

Le mal acostumbras tú..
..tú, cuando decides sin preguntarle, espaciar sus horas de comida a cada 3 o 4 horas y le obligas a vivir en un ambiente de escases, en donde con ansiedad el bebé va aprendiendo que no recibirá el alimento y el consuelo cada vez que lo necesita, sino que deberá aprovechar los momentos en los que le llega, lo quiera o no, lo necesite o no, pues " quien sabe cuando llegará de nuevo. " le mal acostumbras tú, a no escuchar más su cuerpo y sus necesidades. 

Le mal acostumbras tú...
..tú, con tesito de tilo, manzanilla y anis..cuando lo que tu hijo quiere es teta, leche y amor. 

Le mal acostumbras tú..
..tú, que callas su llanto débil y angustiado con un pedazo de plastico, cual mordaza, tú que ignoras su pedido de ayuda, de auxilio, de calma, tú que minimizas sus necesidades diciendo que llora por nada, que no hay razón para llorar y rapidamente le haces callar sin siquiera preguntarte qué necesitará. 

No te sorprendas cuando pasado el tiempo, él sea mas fuerte y mas grande que tú y también te mande a callar. 

Le mal acostumbras tú..
..tú, cuando pretendes que tu bebe duerma solo, de corrido, sin llorar ni quejarse. No le ayudas, no le haces bien y creeme, no le estas enseñando a dormir y ser independiente! A cambio, le mal acostumbras a su primera experiencia de sumision, a que entienda y sienta que su necesidad no vale nada, que de nada sirve llorar y que se tiene que aguantar. Le mal acostumbras a llorar y sufrir en soledad, a arrinconarse en un espacio y ahogar su llanto. 

Le mal acostumbras cuando pretendes que en la soledad y oscuridad de un cuarto, pegado a los barrotes de su cuna, rodeado por muñecos sin alma, tu bebe duerma en paz. 

Deshaste por un minuto de la rabia y el cansancio, no te parte el alma su llanto desgarrador? Esto no puede ser por su bien, simplemente no hace sentido. 

Yo no lo escucho, pero me duele tan solo imaginarlo. 

Y luego nos sorprende la sociedad violenta, fria y egoista? 

Y... el mundo es duro.. me dirás.. es mejor que se acostumbre desde ya a que las cosas no son como él quiere... 

Y... el mundo es como lo hacemos, como lo hemos creado tú y yo y todos. El mundo de tu hijo será como tú se lo quieras mostrar. Yo quiero mostrar un mundo lleno de amor, consuelo, apoyo, compañia, calor, entrega, corazon, intuicion, apego, seguridad y confianza, no una selva en donde solo sobreviva el mas duro.. al final sobrevivir no es lo mismo que vivir! 

Entonces quien mal acostumbra a quien? 

Un niño criado con apego, sostenido y consolado cada vez que tiene miedo o ansiedad, un niño bien atendido, con sus necesidades satisfecha, un niño cuidado y rodeado de amor 24 horas al dia, que duerme y despierta protegido por sus padres, con contacto fisico permanente, alimentado y tranquilizado por el pecho de su madre todo el tiempo que lo necesite no crecerá mal acostumbrado, crecerá fuerte, seguro y con autoestima.

Le mal acostumbras tú cuando crees que tu hijo no sabe nada y tú tienes que enseñarle y educarlo. No te das cuenta que él viene a enseñarte a ti? Que te escogió antes que tú misma pudieras pronunciar su nombre? 

Que los niños no vienen con manual dicen, que para ser padre no se estudia, dicen.. Y entonces cómo es que en esta sociedad hay tantos que se creen dueña o dueño de las verdades de los niños, de sus sentimientos e intenciones.. Para aprender hay que ser humilde, reconocer ignorancia y estar dispuesto a aprender. 

Y que no venimos con manual... Lo dudo.. Se llama corazón, solo basta escucharlo para saber la respuesta correcta. 

No Basta

Pensandolo bien.. a esta cancion deberian hacerle un mural!!

No basta traerlos al mundo
porque es obligatorio
porque son la base del matrimonio
o porque te equivocaste en la cuenta.

No basta con llevarlos
a la escuela a que aprendan
porque la vida cada vez es más dura
ser lo que tu padre no pudo ser.

No basta que de afecto
tú le has dado bien poco
todo por culpa del maldito trabajo
y del tiempo.

No basta porque cuando quiso
hablar de un problema
tú le dijiste niño: "será mañana
es muy tarde, estoy cansado".

No basta comprarle todo
lo que quiso comprarse
el auto nuevo antes de graduarse
que viviera lo que tú no has vivido.

No basta con creerse
un padre excelente
porque eso te dice la gente
a tus hijos nunca les falta nada.

No basta porque cuando quiso
hablarte de sexo
se te subieron los colores al rostro
y te fuiste.
No basta porque de haber
tenido un problema
lo habia resuelto comprando en la esquina
lo que había, lo que había.

No basta con comprarle curiosos objetos
no basta cuando lo que necesita es afecto
aprender a dar valor a las cosas
por que tú no le serás eterno.

No basta castigarlo por haber llegado tarde
si no has caido ya tu chico es un hombre
ahoras más alto y más fuerte que tú
que tú...

Franco de Vita

Estoy harta!

Estoy harta de escuchar que a los bebés hay que educarlos, estoy harta de escuchar que los bebés son unos mañosos, no soporto más que digan que los niños hacen berrinche, no soporto más; me enfermo, me hace mal la comida cada vez que leo y escucho un "tip" para dormir a los bebés, en el que aconsejan dejarles llorar y que poco a poco se acostumbrarán. 

Estoy cansada, me duele el alma cada vez que veo e identifico a tanta madre víctima, que se expresa y habla como si su hijo fuera un villano: un tirano que llora sin parar a propósito, que no se duerme porque no se le da la gana y prefiere estar en brazos por mañoso! Niños manipuladores que hacen que la madre les tenga todo el día en brazos, y se rehúsan a entrar en la cuna. 

Nuestros bebés no lloran para chantajearnos, es la única manera que tienen de decirnos que nos necesitan. Nuestro bebés no planean estrategias de manipulación para que los llevemos en brazos, simplemente cerca de nuestro corazón encuentran calor, seguridad y consuelo, estuvieron 9 meses dentro nuestro, ya nacieron acostumbrados a estar en ese lugar, nuestro bebés no traen la consigna de interrumpir nuestro sueño para hacernos sufrir, su cerebro necesita madurar al igual que sus ciclos de sueño que irán regularizándose conforme crezca, si tú le sabes ayudar y sabes identificar sus necesidades!  De nada sirve que le saques de tu cuarto, que lo alejes de tu cama, que le digas que se calme, que le dejes tu blusa usada, una mantita o le cantes, si tú no estas alli, si no puede tocarte, sentirte y dormir con la tranquilidad de que tú estarás alli cuando despierte. De nada sirve nada, si no te puedes conectar con tu hijo, ponerte en sus zapatos. 

Recuerda, es sólo un bebé. 

No estaremos exigiendo de más? No será que somos nosotros quienes necesitamos dar mas (y mejor!!), en lugar de esperar más de ellos? 
Nuestros bebés no hacen nuestra vida desgraciada, somos nosotras quienes no nos preparamos para recibir con responsabilidad total a nuestros hijos y canalizamos esta impotencia en ira, enojo, depresión y frustración. Prepararse para la maternidad no es ir de compras, preparar el cuarto y la cuna, ni siquiera significa asistir a tus consultas médicas; prepararse con responsabilidad para la maternidad es conocerte a si misma, identificar al ego, encontrar la luz, algo a lo que aferrarse en los momentos de mas oscuridad; es limpiar la historia, sanarla y callar: callar a las voces del mundo, a la voz propia o ajena que te dicen lo que esta bien o lo que esta mal, que te hacen pensar que eres superior a tu hijo, que tu debes enseñarle y educarle, que tu sabes más y él simplemente debe aceptar. 
Por qué salimos corriendo a probar cuanta basura nos recomienda la vecina, la prima, google y uno de bata blanca que talvez no tiene hijos propios? Y si mejor escucháramos más a nuestros hijos? 
Ellos tienen todas las respuestas; pero hay que sacarse toda la basura, toda la mierda que tenemos en la mente para poderlos entender, para poderlos escuchar, para poderlos VER. 
Recuerda, sólo es un bebé, hace tan sólo unos pocos meses, flotaba felizmente dentro de tu pancita, mientras se tocaba la carita y se emocionaba al oir tu voz. 
Recuerda, es sólo un bebé.Maldita ignorancia, madres víctimas, mareadas con los consejos de la amiga que tiene 3 meses más de "experiencia"; nos dejamos llevar, delegamos nuestro poder, el poder de nuestra intuición, el poder de nuestra alma, por soluciones rápidas, que a la larga causan daños a todos, por qué nos traicionamos tan fácilmente? En dónde quedó nuestro poder?  No necesitamos lear a Estivill ni Ferber, ni creer en las patrañas americanas del conductismo; no lo necesita la leona, ni la mamá conejo, ni la mama chimpancé, ni la mamá delfin, porque es que nosotros (supuestamente los mas inteligentes) necesitamos que otro nos diga cómo cuidar, como criar y como amar a nuestros hijos???!
Maldita ignorancia, ignorancia de nuestro ser. Para calmar a tu hijo no necesitas SABER, ni HACER nada, necesitas SER, ser tú, ser madre, ser hembra, ser amor, ser calor, ser consuelo, ser alimento, ser confianza, ser apoyo, ser cura, ser luz. (por cierto... por qué crees que se dirá.. "dar a luz"??), ultimamente pareciera que es mas dar a sombra... 


jueves, 16 de enero de 2014

Pobres niños violentados

"Sacar Pañales"

Hoy, viene alguien y te dice que comenzarás a usar pañales. Tienes 30 años. Eso significa que de a poco o de manera brusca, alguien te entrenará para que tus cacas y pipís caigan en un pañal amarrado a tu cuerpo y camines por la vida con caca. Si estás preparado, lo harás rápido y recibirás una estrellita o un regalito. Pero cada vez que te quejes porque no estás acostumbrado recibirás la molestia de quien te quiere y “entrena”.
Raro.

Los pañales, así como el chupete, son algunas de las cosas que los seres humanos recién nacidos reciben de parte de sus padres, sin que lo soliciten. Los pañales nos han ahorrado tiempo y nos han hecho la vida más fácil. Sin duda, no es así para nuestro planeta y no estoy segura de que los lactantes sientan lo mismo. Dudo que les sea cómodo andar con caca y mojados, muchas veces con la piel irritada. Existen montones de sociedades donde los bebés no usan pañales y, al andar pegados al cuerpo de la madre, ella, bien sintonizada por la cercanía, logra detectar las necesidades de eliminación del cuerpo de su hijo y con sus brazos lo aleja para que pueda hacer pipí o caca. Claro, esto es imposible en nuestra sociedad apurada, sin tiempo, todos trabajando. Los niños con pañales. Ok.

Le ponemos los pañales y, de repente, le sacamos los pañales. Nosotros, los adultos, mandamos según nuestras necesidades o deseos. Ponemos, sacamos. Como si el ser humano que recién llega a la vida fuera una “cosa” a la que le imponemos nuestras necesidades. Arbitrariamente, sin preguntarle al hijo ni darnos un tiempo para investigar sobre el desarrollo del cerebro infantil, y obedeciendo mandatos antiguos o mandatos de instituciones, decidimos quitar los pañales…
“Porque cumplió dos años”.
“Porque llegó el verano”.
“Porque va a nacer su hermanito”.
“Porque mi amiga ya le sacó a su hijo y el mío es igual y más inteligente”.
“Porque sí”.
“Porque para ser aceptada en el jardín infantil y poder ir a trabajar, debo sacárselos”.
Las razones, por lo general, vienen desde fuera, desde otros.
Y el protagonista de la historia, nuestro hijo ¿qué dice?
Le dan lo mismo todas esas razones, simplemente porque él no ha decidido nada.
La mayoría de los niños está preparada cerca de los 3 años para controlar esfínter.
A mis hijos nunca les hablé de sacarles los pañales. Simplemente los observé y respetamos su proceso madurativo. Mi tercer hijo -del que tengo más frescos los recuerdos-, un día a eso de los dos años y ocho meses, se despertó y solo se sacó el pañal. “No máz pañal”. Listo, nunca más hubo pañal. Así de simple. Sin llantos, sin estrés por parte de nadie.
Cada niño tiene su ritmo de desarrollo, unos antes y otros después, lo que no es indicador de inteligencia. Muchos controlan esfínter y luego, frente a alguna situación que provoca cierta tensión, vuelven a mojarse. ¿Qué hacer? Ofrecer el pañal otra vez. Otros simplemente se asustan al ver lo que les sale por su cuerpo: nunca lo habían visto. Otros se sienten más contenidos y seguros con el pañal. Hay niños que simplemente no quieren que la nana o la tía del jardín (personas extrañas) les limpien su cuerpo. Cada niño es un mundo. Por lo tanto, si no está listo, no está listo.

Lo que me preocupa es que los adultos no logramos ver el impacto que tiene el forzar a un niño a controlar esfínter cuando no está preparado. Si logran ver la frase anterior, pueden cambiar ciertas palabras y resulta que nos encontramos con un acto abusivo. Hasta los 5 años, no se considera como enuresis hacerse pipí o encopresis hacerse caca. Por lo tanto, no hay problema si un niño usa pañales hasta esa edad. Puede gritar si quiere, pero esto no lo digo yo, lo dice la Academia Americana de Psiquiatría.

¿Cuál es el problema, entonces?
Muchos. Entre ellos, que los establecimientos “educacionales” para niños mayores de dos años NO aceptan a niños con pañales. Es decir, se discrimina a niños por algo que es absurdo.

TÚ USAS PAÑALES, ENTONCES NO ERES BIENVENIDO.
¿Por qué?

Porque una educadora de párvulos en compañía de una técnico para 35 preescolares es un imposible. La mamífera humana no está capacitada para hacerse cargo de tantos niños a la vez. ¿Cómo va a mudar a 35 preescolares? Esta situación es un abuso laboral y una negligencia en el cuidado de los niños. Pero como estamos acostumbrados no nos conmueve, no tenemos otra opción, es lo que hay, así es la vida… seguimos con las anteojeras puestas aunque el corazón se nos retuerza de dolor.

Entrenar a un niño para que controle lo que aún su cuerpo no puede controlar es un abuso. Es violento. Es una de esas violencias a las que estamos acostumbrados y que las vivimos como obvias. Implica no empalizar con el mundo interno de nuestro hijo, no respetar su desarrollo neurológico y pasar por encima de sus límites corporales. Luego, no comprendemos por qué andamos todos tan violentos.

Todo niño sano deja el chupete, los pañales, la cama de los padres, los brazos y el pecho cuando está listo para hacerlo. La mayoría cerca de los 4 o 5 años.

¿Recuerdan que antes se iba al colegio a los 7 años?
En los tiempos que vivimos respetamos las necesidades del mercado y pasamos por encima de las necesidades de nuestros niños. Para eso, están los libros de los genios vendedores de “técnicas” de entrenamiento que, en el fondo, lo que hacen es hacer entender a los niños que “deben” controlar sus deseos y necesidades para poder sobrevivir. El ser humano inteligente y adaptado obedece y comienzan las primeras sumisiones. Obvio, ¿no? Se instala el miedo y listo, ovejas sumisas, pero que guardan sus rabias y frustraciones. Mientras nuestros hijos se adaptan a sistemas sociales y económicos que no consideran los ritmos madurativos de los niños, nosotros, los padres, deseamos que nuestros hijos sean libres, sanos, seguros de sí mismos, inteligentes, amorosos y empáticos.

Leslie Power Labb

viernes, 3 de enero de 2014

Del puerperio y mi tribu

Días grises de julio, los días más fríos del año, frío afuera y frío adentro; el invierno más frío en Sao Paulo de los últimos 20 años, así empezó mi puerperio, en un frío infernal en las calles y un fuego que ardía en llamas en mi alma. 


Estaba preparada para recibirlo, no sabía de qué forma llegaría, pero sabía que era un encuentro obligatorio; no me tomó por sorpresa, ya Laura (1) me había puesto al tanto de este maravilloso encuentro con mi puerperio, conmigo misma, con mi propia sombra, con mis miedos, mis heridas y principalmente con mi oportunidad de liberar y romper la inercia, de conciliar el pasado para vivir el presente de forma consciente y construir el futuro. 

Ya le esperaba sentada en mi esquina mientras amamantaba a mi pequeño Santi, no me tomó por sorpresa, tanto le esperaba, que decidí recibirle con los brazos abiertos, las lágrimas brotando a toda hora, el cabello sucio de días, chorreando leche y la misma ropa oliendo a vomito de bebé. Porque las puérperas somos así, no hay glamour, ni lujo, ni somos sexys; la verdad es que no olemos bien, somos un paquete de lágrimas, mocos, leche, algunos trapos viejos y cómodos, más lágrimas y más leche. Algunas con menos suerte deben sumar a esto, algunas cicatrices, puntos, heridas, sangre, dolor y en muchas casos, heridas que no se ven, las heridas de un parto soñado que terminó frustrado por intervenciones médicas. 

Las puérperas somos así. 
O seré sólo yo?

Porque las puérperas somos así, no importa si somos primerizas o es nuestro segundo o cuarto hijo; estamos cansadas, sin dormir y muchas veces sin comer, tenemos miedo, queremos sentirnos sostenidas, queremos que nos abracen, nos cuiden, nos lean el pensamiento, se nos acerquen y otras veces queremos que nos dejen solas, que se larguen todos, que no haya ruido, queremos apenas escuchar la danza que se logra entre nuestra propia respiración y la respiración de nuestros pequeños. Porque somos así, tomamos en nuestros brazos a esos 3 o 4 kilitos de carne y huesos que le han dado revueltas a nuestra vida, preguntándonos qué tipo de madres seremos ( y ya lo somos), qué tipo de hijos vamos a criar y qué tipo de mundo les vamos a mostrar. (Seamos honestos, nuestros hijos ven el mundo a través de nuestros ojos, nosotros lo filtramos para ellos a través de nuestros propios juicios, pues vemos las cosas como nosotros somos, no como las cosas son.) 

Me pregunto por qué hablaremos tan poco de nuestros puerperios? Pareciera que son un sueño del que queremos despertar pronto y sin mencionarlo. Pareciera que queremos decir que no fue para tanto, que no fue tan grave, que pasamos un par de noches de baby-blues y que luego todo pasó. 

Que bien por ti si fue así.. Aunque de nuevo me pregunto, quién es esa que habla? 
No sé si mi puerperio fue mucho o muy poco, si fue leve o intenso, si fue corto o muy largo, (a pensar de haber escuchado a mi esposo preguntarme varias veces si lo mio no sería depresión posparto..!!!) (Consejo: NUNCA NUNCA bajo NINGUNA circunstancia NUNCA preguntes eso!!!) sólo sé que mi puerperio fue suficiente... 

Fue suficiente para escuchar mi niño interior, fue suficiente para conectar con mi instinto, para despertar a la Leona, a la loba que protege a su cría con uñas y dientes; fue suficiente para saber que quería cargar a mi cría pegada al cuerpo las 24 horas del día, suficiente para definir el tipo de madre que quería ser, para declarar a los cuatro vientos que mi hijo recibiría solo mi leche, leche de mi pecho, leche de mi alma, suficiente para enamorarme de este pequeño hombrecito, suficiente para conectarme con él, entender sus necesidades tan solo verle, suficiente para definir que a mi hijo no lo calmaría un pedazo de plástico en su boca; le calmaría yo, mi calor, mi olor, mi amor, mis pechos, mis brazos; suficiente para marcar el paso y el camino que quería recorrer como madre, no por arrogancia, ni porque crea que sé todo sobre maternidad, sino porque sé escuchar mi alma y serle fiel, y en eso sé que no me equivoco! Mi puerperio fue y sigue siendo un camino maravillo a través del cual me enamoré de Santi pero al mismo tiempo me disocié del resto del mundo. 

y por ello pueden llamarme loca. 

A diferencia de otras mamás para quienes su sombra se manifiesta al pensar que quizá que no serán buenas madres, o que se enojan con el bebé cuando están cansadas y no pueden entregarse y dar todo lo que tienen por miedo a no dejar nada para ellas mismas (suena familiar?), a mi me dió por sacar las uñas a todos los adultos a mi alrededor. Me sentía sola, a pensar de haber estado rodeada de mi familia durante las primeras semanas, cuestioné mi matrimonio, cuestioné a mi madre, a mi marido; al hombre del que antes hablé, cuestioné a la sociedad, a la historia, a Freud y a Estivil ( que me parece un imbécil) y a todas las madres con una opinión distinta a la mía. Me sentía sola, incomprendida, sentía que iba en contra de la corriente, de las voces del mundo, del sistema y a pensar de sentirme una super mamá por las decisiones que estaba tomando, había perdido todas las fuerzas como mujer, como hija, como ser humano, como adulto, como persona. 



Necesitaba dejar de sentirme así, salir de casa y buscarme otras mamás como yo, otras que estuviera a favor el apego, que cuestionaran el conductismo - el modernismo; quería saber qué pasaba con otras puerperas. 

Y llegué a Casa Moara. (www.casamoara.com.br)
Y encontré mi tribu.

Llegué al grupo de posparto de Casa Moara, decidida a no dejarme hundir, a no enconcharme en mi melancolía, a poder vivirla y hablarla; decidida a honrar mi melancolía, mi tristeza, mi dolor para crecer, para liberarme de todo lo que tuviera que ser liberado; a escuchar a otras puérperas, y a ser escuchada; un intento en querer ser comprendida, o al menos a ser sostenida. Quería confirmar que tenia la razón (parte Ego, parte testaruda que soy), quería encontrar una tribu, un grupo de otras locas como yo, enamoradas de sus partos, de sus embarazos, conectadas con sus cuerpos y sus almas; conectadas con el momento, con sus hijos; quería poderme expresar, con palabras, lagrimas o silencios, lo que estuviera disponible, quería saber que no estaba sola, que había otras como yo. 

Quería saber que había otras como yo que no estaban listas a salir a la calle, que había otras que no estaban aun disponibles para sus maridos, para estar perfectas, salir a cenar; que no estaban disponibles para nadie más. Otras como yo que sufrieran pensando en el regreso al trabajo, en los problemas de la adolescencia de nuestros recién paridos hijitos, quería encontrar otras que igual que yo se sintieran fuera de lugar, quisieran disociarse de la cultura, el sistema, las costumbres, lo consejos y los que dirán para escribir sus propias historias de crianza, sin los consejos (muchas veces absurdos) del populacho. 

Encontré eso y mucho más. 



Encontré mujeres maravillosas, mujeres que iguales, parecidas o diferentes a mi, estaban buscando sus propias respuestas, conociendo sus propias sombras y su luz; primerizas o experimentadas, compartíamos miedos, angustias, pero también logros y alegrías; hablamos de todo, de cómo duermen nuestros hijos y como comen, de cuando pudimos escaparnos 15 minuto de casa para hacernos un manicure por primera vez desde el parto y sobre como nuestros maridos la llevan con la crianza. Nos consolamos y reimos juntas; sin prejuicios, sin buscar tener la razón; todas aprendiendo una de la otra, compartiendo recetas de comida, dietas y trucos. 

Encontré mujeres maravillosas que hacían que cada semana pasara rápido para volvernos a encontrar cada viernes, tan sólo por dos horas; dos horas para hablar, para sentirnos super mamas y otras veces super lloronas; dos horas en las que podía sentirme con la mejor compañía que podía existir; donde descubrí que todo es normal y esta bien en el puerperio, que no necesita explicación, simplemente necesita ser vivido con intensidad. 





Encontré una tribu, un espacio en donde no me sentía rara, ni loca, ni sola, ni incomprendida, encontré la isla donde las mujeres mandan, donde todas somos leonas. Y Santino también encontró su primera tribu, aunque no la recuerde, yo estaré alli para contarle qué bien la hemos pasado! 

Y mi tribu me ayudó tanto, sin saberlo y quizá sin proponérsolo!! 

Y ahora, en medio del insomnio, extrañando a mi tribu, celebro haber encontrado una nueva tribu, una en versión online, en donde empiezo a encontrar nuevas mujeres maravillosas, iguales, parecidas o diferentes a mi, todas buscando sus propias respuestas, conociendo sus propias sombras y su luz... mamas que comparten y hablan de "cosas de wiros". 

Porque las puérperas somos así.. no importa si han pasado 50 días, como cuando llegué a Moara, o casi 6 meses; somos nómadas, vamos caminando en el sendero de la maternidad, avanzando y creciendo, aprendiendo en el camino y haciendo algunas paradas obligatorias cuando el lugar y el momento lo amerita, siempre con la oportunidad de volver y empezar de nuevo el camino, algunas veces solas y otras, qué mejor.. que en compañía de toda la tribu!!!!! 

(1) Laura Gutman, La Maternidad y el encuentro con la propia sombra. 

- No dejen de leer mi Relato de Parto 1!! -